AMAR O DEPENDER

Alguna vez te has sentido “yonqui” del amor o te has preguntado ¿por qué sigo en esta relación que me hace daño? ¿Es que acaso me gusta sufrir?
Incluso seguramente, como nos ha pasado a muchas personas, has seguido “enganchada” durante demasiado tiempo a alguien que ni siquiera te hacia feliz.

Uno de los mayores motivos de consulta en Terapia psicoemocional es el amor, pero en realidad no es el amor el problema sino el apego afectivo con dependencia.
Esta dependencia afectiva extrema la hemos mamado del romanticismo patriarcal que nos ha hecho creer que el amor es fácil, que es una energía mágica e inagotable que surge por sí sola y se mantiene “para toda la vida”.
Nos han hecho creer que en cualquier esquina aparecerá “el príncipe azul” que nos amara y nos cuidara y nunca nos fallara, que siempre nos protegerá y nos concedera todos los deseos y esto nos ha llevado a una enorme infelicidad tanto al descubrir que esto no existe como al soñar con algo inalcanzable que al mantenerlo en el tiempo nos lleva a experimentar una pérdida total del sentido de la vida y también a una gran incapacidad para tener y mantener relaciones saludables ya que para poder disfrutar del amor, que es un arte que requiere de entrenamiento, y poder vivirlo con alegría y placer necesitamos herramientas que nos permitan querernos bien, cuidar y alimentar nuestra relación el tiempo que dure, y cerrar la historia con el mismo amor con el que la empezamos.

Hay muchas cositas interesantes que podemos aprender del amor y que iremos hablando de ellas en próximos artículos, hoy nos vamos a centrar en saber si vivimos en este momento en el apego o en el amor estemos o no en pareja.

Así que lo primero sería hacernos estas preguntas y ver en cuántas de ellas respondemos SI
¿Has dicho o pensado alguna de estas frases?
“Mi existencia no tiene sentido sin él/ella”“Vivo por el/ella y para él/ella”“Te necesito”
“No se que haria sin ti”
Pese a lo nocivo de la relación, ¿te sientes incapaz de ponerle fin?
“Nadie es perfecto” “Esa es su manera de amar” “No es tan grave”
¿No te resignas a una ruptura?
“ Me quiere pero no se da cuenta”,“Tiene problemas que le impiden amarme”
“Se va a separar” “ “Todavía hacemos el amor”
“Aunque no estemos juntos, todavía me quiere” “Un amor así nunca se acaba”
“Voy a dejarle poco a poco”

Esto son solo algunos ejemplos de dependencia afectiva y ahora lanzo algunas señales para revisar si la relación ha llegado a ser tóxica.

Actitudes de control y celosía… Le molesta que pases tiempo con tus amig@s o familiares. Controla tus gastos personales. Investiga tus redes sociales y tu teléfono móvil. No respeta tu privacidad.Te trata con un exceso de paternalismo y sobreprotección.
Actitudes de falta de respeto y conflicto… Se mete con tu forma de vestir. Te culpabiliza de problemas que tiene en su vida laboral o con otras personas ajenas a la relación. Se dirige a ti con exigencias y malos modos muy frecuentemente.
Es importante que entendamos que el apego es adicción, que nos aleja del camino del amor donde nuestro amor propio, nuestro autorespeto y la esencia de uno mismo es ofrendado y regalado a una relación con el peligro que esto supone para nuestra integridad y que a la larga va a generar miedo, esto nunca es amor.
El amor es un acto de cariño, desinteresado y generoso, es ausencia de miedo.
En próximos artículos veremos a qué cosas de la relación nos apegamos y por qué y cómo podemos promover la independencia afectiva y aun así seguir amando.

Este articulo esta basado en el libro Amar o Depender de Walter Riso.

Marta Clemente

Psicoterapeuta Humanista y Corporal. Hipnóloga.
www.sairi.es

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