El origen de mucho sufrimiento que veo a diario en mi consulta y en mis sesiones grupales es la falta de coherencia, por eso me he animado a escribir sobre ello.
Co-herencia proviene del concepto “Herencia Compartida”, siendo el significado de “Haerentia” en latín: “Unido, adherido, conectado”;
Significa que es lo que nos une a todos, lo que conecta las partes.
Un abuelo con el padre, el padre con el hijo, unidos como una familia, están unidos por la herencia, esa es la conexión entre ellos ya sea física o económica.
Por lo tanto, uno de los regalos de la coherencia es tener la capacidad de compartir y de entender o aceptar que todos estamos unidos, esta sería como la expresión externa de la coherencia.
Esta manifestación externa por desgracia no suele ser así sino que se ha llevado al juicio y al deber, ya que si te paras a pensar que es coherencia para las personas te darás cuenta que implica ser, pensar, hablar, actuar como quiere el de enfrente porque como para él es lo conocido si no lo haces igual no eres “coherente”, que triste verdad que algo que nos debe unir finalmente sea un motivo más de separación.
Para mi la cosa sería más… o yo lo vivo desde… vamos que diría que una persona es coherente si es coherente con ella misma, si sus actos son coherentes con su teoría de vida o con lo cuenta no con mi teoría de vida o mi concepto de lo que puede ser o estar bien o mal.
Así que se deduce que al ser esto así, si uno/a quiere ser coherente por esta necesidad de pertenencia básica en el ser humano y ponemos la atención en lo que piensan los demás corremos el riesgo de fallar a nuestra coherencia interna y convertirnos en robots al servicio de la sociedad de la que estemos rodeados.
Pero esto sería como la expresión externa y hay en mi manera de ver dos tipos de coherencia, interna y externa…
Para mi la coherencia interna y más importante de las dos, es la que llega a partir de conectar o que haya una comunicación, relación y equilibrio entre lo que pienso, siento y hago que podría ser también visto desde el cuerpo mi centro de la cabeza, mi corazón-plexo, mis caderas, visto desde otra perspectiva mi sexo, amor y conciencia o incluso mi cuerpo, alma y espíritu.
El uno sin el otro pierden sentido, y los tres se transfieren datos, información, energía útil para el desarrollo y aprendizaje.
Te comparto una explicación de mi querido Matias de Stefano que me encanta y que te puede ayudar a entenderlo perfectamente.“Lo que tu espíritu sabe se convierte en una idea capaz de pensar, imaginar, diseñar, y todo eso que proyecta, genera vibración, y así energía, pasando al alma, quien le da potencia, impulso, vitalidad, moldea las ideas en forma de emoción, la cual será combustible para el motor del cuerpo, quien se encargará de manifestar esta idea mediante la emoción a través de la acción. Y así, la acción otorga experiencia, que es registrada en el cuerpo, haciendo reaccionar a la energía del mismo, movilizando nuevos datos, nuevas emociones, que se convierten en información que nutre a la mente de nuevas perspectivas, enriqueciendo la capacidad de imaginar, otorgando sabiduría al espíritu. Este circuito es constante, y funcional en ambas direcciones.”
Que maravillosa explicación de cómo la esencia se nutre de esta conexión, ¿verdad?
Pero la verdad es que en la sociedad, las personas están tan ocupadas en observar cómo los demás nos perciben, y en alimentar solo la parte mental o la parte de acción o sobrepasados por la emocional que no, no hay coherencia y esto genera una constante insatisfacción y frustración que como os decía al principio es el origen de mucha infelicidad.
Así que es un buen momento para preguntarnos:
¿Qué conciencia tengo de mi coherencia interior?
Te dejo unas preguntas para que reflexiones sobre ello.
¿Sabes escuchar las señales de tu cuerpo?¿solo escuchas a tu cuerpo cuando hay dolor?¿puedes saber que sientes en tu cuerpo cuando alguien se acerca a ti y comienza una conversación?¿tienes conciencia de lo que dice tu mente cuando sientes tristeza o enfado y eso a qué sentimiento te lleva?…
Estas preguntas te sirven para ver si eres consciente de cómo reacciona tu cuerpo ante las emociones, de cómo tus pensamientos generan sentimientos y ser consciente de ello y salir de la desconexión brutal del cuerpo y las emociones que vivimos en este sistema, esto puede traerte mucho bienestar, calma y felicidad.
¿Qué cuidados requiere cultivar la coherencia?
Sobre todo requiere autoconocimiento, observación, escucha corporal, aceptación de nuestras emociones y aprendizaje de validarlas y alquimizarlas como el motor que nos mueve cada día.
Las personas tenemos una alta necesidad de pertenencia y esto como hemos visto es un peligro o un riesgo para nuestra coherencia.
Querer encajar, aparentar o buscar ser comprendidos nos puede derivar en relaciones de dependencia, ya no solo queremos la opinión de los demás sino que sin darnos cuenta nos ponemos a su servicio.
Requiere una práctica diaria de consciencia, que eso si, me permite un alto grado de libertad y satisfacción
Así, ¿eres coherente dentro y fuera?
Es muy probable que como muchos y muchas de nosotras tengas momentos de la vida que no te sientas así. Te invito a pedir acompañamiento y me ofrezco para ello.
Estar en equilibrio con lo que siento y resuena en mí, lo que late en mi interior, lo que me pulsa desde el corazón a dar y recibir, a pensar y actuar, es salud.
Quiero invitarte a realizar una práctica para seguir activando la figura del observador con respecto a este tema.
Para ello te propongo que durante 1 semana rellenes una tabla, analizando
situaciones en las que te sentiste mal, incómodo y apunta qué te dijiste, cómo te sentiste(no vale bien, mal, estaría genial empezar a nombrar nuestras emociones, enfadada, triste, frustrada…) y cuál fue tu conducta.
Solo con esto ya es un gran avance en el camino a la coherencia.
Espero que te haya servido la info y te invito a escribirme, darme tu opinión y comentarme cualquier necesidad.
Un abrazo
Marta